EL NEGOCIO DE LAS ELÉCTRICAS

Desde finales del siglo XX, las compañías eléctricas han comprobado como la actualidad del mercado eléctrico estaba presidida por decisiones y medidas de los diferentes gobiernos de difícil justificación, pero de las que siempre han resultado claramente favorecidas. Por el contrario, la repercusión de esas decisiones en los ciudadanos y en el resto del sector eléctrico no resulta ni mucho menos tan favorable. Todo lo contrario, lo que ocurre es que dichas actuaciones no siempre son conocidas y reconocidas en toda su relevancia por la opinión pública. Las compañías eléctricas son también destacados anunciantes publicitarios y dichas informaciones no siempre son fáciles de publicar para los medios de comunicación en los que invierten.

Las compañías eléctricas han «fichado» para sus estructuras a una treintena de altos cargos de los últimos gobiernos democráticos.
De ellas reciben remuneraciones muy relevantes y los ejemplos incluyen a dos ex presidentes del gobiermo: Felipe González y José María Aznar.
Este trasvase propiciado por las propias compañías eléctricas cuestiona la independencia a la hora de regular y legislar en un mercado que debe estar guiado por la libre competencia.

Los Costes de Transición a la Competencia o el famoso Déficit de Tarifa son las dos más significativas, aunque no las únicas. La decisión de fijar el precio de venta en el mercado en función del origen del último kilowatio vendido, también supone una norma poco congruente en el seno de un mercado precisamente guiado por las reglas de la competencia.

Las compañías eléctricas comprueban cada día como muchas de esas medidas repercuten directamente en su beneficio, en ocasiones incluso con inyecciones en efectivo del gobierno de turno, como ocurrió en la primera legislatura presidida por José María Aznar. Otras veces, el beneficio viene derivado por el reconocimiento de una deuda pendiente, que se eleva ya a una cifra próxima a los 20.000 millones de euros. Esta deuda permite a las eléctricas ejercer una presión añadida sobre el gobierno vigente.

En definitiva, todos los hechos vienen a hacer evidente que las eléctricas se ven favorecidas por la gran proximidad que existe entre las decisiones que toman los políticos que gobiernan y su interés. Y que esa cercanía está propiciada también por las propias compañías eléctricas, que la convierten en una proximidad real cuando dan cobijo a muchos de ellos una vez han dejado sus cargos públicos. Esa lista de nuevos directivos o asesores que incluyen en sus nóminas es ya tan amplia que resulta llamativa, todo ello, detallado en la web suelosolar : 

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