·Sin rastro alguno·

Han pasado 13 días desde que la etarra Inés del Río Prada salió de la cárcel gallega de Teixeiro, casi dos semanas en las que la terrorista se ha mantenido invisible y no se ha dejado ver en público, ni siquiera en su pueblo natal de Tafalla (Navarra), una localidad de 11.000 habitantes donde muchos vecinos de su generación ni la conocen y donde ya no conserva lazos familiares directos.

 La terrorista ha pasado 26 años en prisión en los que siempre se mantuvo fiel a las directrices que la banda imponía en prisión a su Colectivo de Presos. Fuentes penitenciarias recuerdan que era una interna reivindicativa que durante su estancia en prisión remitió decenas de escritos de queja o peticiones.

NO HAY RASTRO DE ELLA

Pese a que numerosos medios de comunicación y cámaras de televisión se desplazaron tras su excarcelación a todos los puntos geográficos con los que podía tener alguna vinculación, las únicas imágenes vistas hasta ahora siguen siendo las de su salida de prisión portando una ikurriña o sonriente en el asiento de atrás del coche que le llevó a su escondite.

   Las fuentes consultadas recuerdan que Inés del Río ha quedado en libertad tras haber agotado su condena por lo que no tiene que hacer frente a ninguna medida cautelar ni control judicial o policial. No tiene ya ninguna causa pendiente con la Justicia por lo que la terrorista podría incluso abandonar España si ese fuese su deseo.

   Lo único que se conoce de ella hasta ahora ha sido el recurso que ha presentado en contra de la decisión del Gobierno que ha bloqueado los 31.500 euros que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó a pagar a la terrorista por haber estado cinco año más en prisión por la aplicación de la 'Doctrina Parot'.

informa: EUROPAPRESS

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