Francisco lanza su primer documento oficial en el que marca la posición de su pontificado, con un claro rechazo a los que pretenden desregular el mercado o el crecimiento a costa de los trabajadores


 El Papa Francisco aboga en su primera exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium' (la alegría del Evangelio), que se ha hecho pública este martes, por una "conversión del papado" y, concretamente, por "una saludable descentralización" de la Iglesia, así como por aumentar la responsabilidad de los laicos.

   Con este cambio pretende que el papado sea "más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización" por lo que destaca que las conferencias episcopales podrían hacer una contribución a fin de que "el afecto colegial" tuviera una aplicación "concreta" que aún no se ha realizado.

 

   Además, reitera la importancia de aumentar la responsabilidad de los laicos, mantenidos "al margen de las decisiones" y señala que "todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia", en particular "en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes" así como también destaca que se requiere un mayor protagonismo por parte de los jóvenes.

   Asimismo, el Papa denuncia el sistema económico actual que califica de "injusto en su raíz" porque en esa economía predomina "la ley del más fuerte" en la que existe una "nueva tiranía invisible, a veces virtual", de un "mercado divinizado" donde imperan la "especulación financiera, una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta".

POLÍTICOS A LOS QUE LES DUELA LA POBREZA

   También exhorta a los gobernantes y poderes financieros a que acudan a Dios, a la "trascendencia" para que inspire sus planes y procuren "que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos". "¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!", exclama.

   Por otro lado, indica que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura" sobre el aborto pues "no es progresista" resolver los problemas "eliminando una vida humana", aunque reconoce que la Iglesia ha hecho "poco" por acompañar a las mujeres que se encuentran en esta situación, sobre todo, en un contexto de violación o extrema pobreza.

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