LA COPA DEL MUNDO EN CORDOBA

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Con tantísimas personas haciendo cola a las puertas, la visita debía ser rápida o la espera, y con ella la desesperación, se multiplicaría. Así que la organización de Joyacor lo dispuso todo para que los visitantes se colocaran junto al preciado trofeo --en grupos familiares o de amigos, para acortar tiempos--, dispararan la cámara, y en un abrir y cerrar de ojos abandonaran el recinto. Pero así, ¿alguien se fijó en la Copa del Mundo de fútbol conquistada por la selección española en Sudáfrica? Creo que nadie. Los detalles los verían luego en foto, si afinaron en el encuadre, porque junto a ella no hubo tiempo, ni por asomo, a contemplarla. Así que, y también es lógico, a la salida había un punto de decepción.

Las primeras en acceder a la misma fueron una madre y su hija, ambas Aurora de nombre, que entre que se equivocaron de hora y que las puertas abrieron con 40 minutos de retraso sumaron más de dos horas y media de espera. Pero lo llevaron con resignación. "Esto es una vez en la historia y hay que venir a verla, que es de todos", apuntó la madre.

Tras de ellas, Agustín y sus pequeños, llegados de Adamuz. "Merece la pena porque es la primera vez que la hemos conseguido". Eso a la entrada, porque a la salida le quedaba cierta "decepción". "Apenas ha sido un minuto y no sé tan siquiera si he puesto el flash", decía. Y es que la visita era visto y no visto. "Es más pequeña la copa de lo que esperaba", apuntaba Antonia. "¿Hemos salido todos?", preguntaba Rafa. "¡Vaya! Tanto tiempo esperando para esto...", se quejaba Miguel. "Al menos nos llevamos el recuerdo", se consolaba Enrique. Y así miles de visitantes, con protagonismo de los más pequeños y muchas camisetas de la selección. Y con guasa: "Sabes si viene Del Bosque?", preguntaba alguien en la cola. "No, la que sí viene es Sara Carbonero", le respondieron. Pero nada, lo más cercano, Casillas y los suyos, y en foto.

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